sábado, 14 de marzo de 2015

Y lo que no terminaba de comprender mis contertulios, era el hecho de que la burra, a pesar de los días aún no tuviere la intención de revisar aquellas letras que no fueron plasmadas por mí, sino por mi conciencia, es decir no era yo, no fui yo. Y mi adorada burra no lo concibe, esa mi burra tan cercana, tan junta a mí, la creí tan mía, es decir tan vuestra. Ya no quiero a la burra, ni ella a mí, ya no nos queremos, ahora la mariposa vuela de mi lado y somos viento que fluye con el soplo de los árboles.
Tan cercana yo de aquella ventana.

De: Alexya Larios
Para: mí, por supuesto