HISTORIA DE LA CRÍTICA LITERARIA
David Viñas Piquer
Estética de la recepción
El ornatus, quien se encarga de embellecer el lenguaje de la lingüística, tiene la virtud de dar a entender las cosas.
Uno de los objetivos principales es hacernos entender el significado y percibir el discurso, eso es el ornatus que se concreta en recursos estilísticos determinados, que suceden al irrumpir en el lenguaje contra su carácter colectivo y socializado, el ornatus vive en un solo lugar llevándola a ser esta su verdadero efecto en la verdad elocutiva que la poética tomo de la retórica. En el onrnatus también se develan los excesos, en cuanto a contenido ya fuera demasiado o muy poco.
Gracián dice que la verdadera función de las figuras retoricas es la de servir, (de instrumentos para exprimir cultamente), los conceptos pero son éstos en realidad la esencia de la poesía.
La estética de la recepción: a finales de los años sesenta, tuvo lugar un conjunto de elementos formales en los estudios literarios, disminuyendo el interés por analizar las estructuras que están unidas a la obra. (Desde la escuela de Constanza se desarrolló entonces la denominada Estética de la recepción).
El polaco Roman Ingarden pude ser considerado uno de los primeros precursores de la estética de la recepción, en lo referente a las cuestiones hermenéuticas sus tesis expuestas en publicaciones aparecidas en la década de los años treinta, suponen una especie de puente de unión entre la hermenéutica de Heidegger, la fenomelogía de Husserl y la teoría literaria.
Según Ingarden: antepone lugares no determinados que deben ser interpretados por el lector, a esto dónde el lector añade lo relativo se le denomina : concretización .
La facultad del entendimiento estéticos varían según la época, y algunos de ellos inlfuyen en el autor en su obra y en su interpretación sin estar directamente relacionados con la literatura.
Toda comprensión implica una búsqueda, la búsqueda del significado.
Uno de los objetivos principales es hacernos entender el significado y percibir el discurso, eso es el ornatus que se concreta en recursos estilísticos determinados, que suceden al irrumpir en el lenguaje contra su carácter colectivo y socializado, el ornatus vive en un solo lugar llevándola a ser esta su verdadero efecto en la verdad elocutiva que la poética tomo de la retórica. En el onrnatus también se develan los excesos, en cuanto a contenido ya fuera demasiado o muy poco.
Gracián dice que la verdadera función de las figuras retoricas es la de servir, (de instrumentos para exprimir cultamente), los conceptos pero son éstos en realidad la esencia de la poesía.
La estética de la recepción: a finales de los años sesenta, tuvo lugar un conjunto de elementos formales en los estudios literarios, disminuyendo el interés por analizar las estructuras que están unidas a la obra. (Desde la escuela de Constanza se desarrolló entonces la denominada Estética de la recepción).
El polaco Roman Ingarden pude ser considerado uno de los primeros precursores de la estética de la recepción, en lo referente a las cuestiones hermenéuticas sus tesis expuestas en publicaciones aparecidas en la década de los años treinta, suponen una especie de puente de unión entre la hermenéutica de Heidegger, la fenomelogía de Husserl y la teoría literaria.
Según Ingarden: antepone lugares no determinados que deben ser interpretados por el lector, a esto dónde el lector añade lo relativo se le denomina : concretización .
La facultad del entendimiento estéticos varían según la época, y algunos de ellos inlfuyen en el autor en su obra y en su interpretación sin estar directamente relacionados con la literatura.
Toda comprensión implica una búsqueda, la búsqueda del significado.